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Erik pasa más tiempo de lo que probablemente debería tratando de convencerse de que está mejor sin Charles. Debería, después de todo lo que pasó, realmente odiar a Charles. En teoría, no debería tener nada que ver con él. Pero nada de su relación con Charles ha sido sencillo, y Erik no quiere olvidar.

En su lugar, encuentra una salida adecuada para toda la frustración que siente. Erik canaliza todo su enojo e irritación, toda su angustia y melancolía en sus obras de arte. Termina cuadros más rápido que nunca, todos son oscuros y tristes y conmovedoramente hermosos, y se siente muy orgulloso de sí mismo, salvo que todavía hay noches en que no puede dormir porque los pensamientos sobre Charles no lo dejan, se despierta sollozando, al principio de felicidad y luego por la desesperación, porque las imágenes son muy claras y nítidas en sus sueños, de Charles riendo, acurrucándose a su lado, sonriendo de esa forma suave y dulce sólo para él, y se siente muy real pero sólo es un sueño.

"¿Sabes?" dice Ángel cuando se acerca, mirando las nuevas pinturas de Erik. "Soy muy feliz de que hayas vuelto a la normalidad, pero desearía que no tuvieras que torturarte tanto para pintar."

Erik se encoge de hombros y mira hacia otro lado, murmurando algo acerca de ir a hacer té. Ni siquiera le gusta mucho el té, pero el té sabe como a Charles, como a hogar. Es muy patético, en realidad lo es, estas son el tipo de cosas que Erik juraba que nunca pensaría. Maldito Charles.

500 Days of Charles  //  CherikWhere stories live. Discover now