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Erik no ha hablado con Charles en más de cinco meses. Es curioso que él este aquí, sentado en la última fila de una de las salas de conferencias de Oxford, observando cómo Charles se mueve animadamente por frente a todos, hablando de la evolución humana y la mutación genética y la radiación nuclear. Es el tipo de cosas que solían aburrir a Erik cuando todavía estaban juntos y Charles practicaba leyéndole su tesis a Erik, pero por alguna razón ahora, ahora que Charles está aquí, que es un profesor como él siempre quiso, esto es otra cosa completamente. Charles es apasionado y atractivo y vivo. Es como si Charles finalmente hubiera encontrado el lugar donde debe estár, y Erik sonríe. Está contento. Se pregunta si esto significa que Charles finalmente está conforme, cómodo de nuevo en su propia piel.

En cualquier caso, Erik escuchó hablar de la presentación de Charles, su primera presentación como profesor en la universidad a través de Ángel, que a su vez lo escuchó de Raven (Erik todavía no está seguro de cuando las dos se hicieron amigas, pero eso es otra historia). Erik ha estado pensando en ello toda la semana, haciendo hincapié sobre si sería extraño asistir. Al final, con un montón de reflexión y algunos consejos muy útiles de Ángel ("¡Oh, sólo has que te crezcan un par, Erik! ¡obviamente quieres ir!"), había decidido que sí, iría porque quería volver a ver a Charles, aunque sólo fuera de lejos, quiere ver a Charles viviendo su sueño, pero se ha prometido a sí mismo que todo lo que hará es ver. Hablar con Charles sólo reabrirá viejas heridas, y Erik apenas está curando.

Por supuesto, ese plan se va a la mierda por completo cuando Erik va a trabajar su turno en el bar y se encuentra a Charles allí con una multitud de sus amigos universitarios, y todos están riendo y felicitando a Charles, que está en medio de todos, sonriendo de oreja a oreja y luciendo tan, tan orgulloso. Erik agacha la cabeza mientras entra, tomando silenciosamente su lugar detrás del bar. Ángel golpea su cadera contra la suya.

"¿No vas a decir hola?" pregunta ella, su tono es burló pero él sabe que lo dice en serio.

Erik la ignora. O bien, trata de ignorar su sugerencia, pero se pone un poco difícil cuando Charles se acerca al bar y pide una cerveza y una coca. Erik trata de mantener su distancia, trata de mantener un frente tranquilo mientras le lleva a Charles sus tragos, pero finalmente, la tensión entre ellos es demasiada, apretada, listo para romperse.

"Supongo que debo felicitarte, profesor," dice Erik, con lo que espera sea un tono casual. "Buena presentación hoy."

Charles parpadea, lentamente, una vez. "Oh, ¿estabas allí?" Dice, y luego le da una pequeña sonrisa. "Muchas gracias."

Erik sonríe y desliza las bebidas hacia Charles, el familiar dolor fantasma que se acumula en su pecho está ahí otra vez. Observa a Charles encender un cigarrillo.

"No sabía que fumabas," dice Erik, incapaz de detenerse, porque durante los varios meses que salieron nunca vio a Charles tocar un cigarrillo ni una vez.

Charles exhala una nube de humo y mira pensativamente a Erik. "¿Creerías que tomé el hábito sólo para poder saborearte en mi boca otra vez?" Dice suavemente, apenas audible sobre el murmullo de fondo del bar, lo dice tan tranquilo que Erik piensa que lo está imaginando.

Charles agarra las bebidas y se aleja, y Erik se confunde de nuevo, sin saber qué pensar. De nuevo. Frunce el ceño y estrecha sus ojos ante la forma en que Charles se aleja. Y Charles debe sentir el peso de la mirada de Erik en él, porque no tarda ni un momento antes de que él se gire para encontrarse con los ojos de Erik, aunque lo hace con vacilación. Erik asiente con la cabeza en dirección a la puerta. Mira como Charles suspira y se excusa con sus amigos. El mismo golpea el hombro de Ángel mientras pasa, diciéndole en silencio que sólo será un minuto.

El aire exterior es fresco y todo huele a lluvia, húmedo y limpio y fresco. Charles está envuelto en uno de sus habituales cardigans y su cabello le cae en la cara un poco. Erik lucha contra la fuerte necesidad de extender la mano y empujarlo hacia atrás.

"¿Qué?" suspira Charles, sonando completamente agotado, nada como el exuberante hombre que Erik vio presentar los últimos descubrimientos de la genética hace unas horas.

"¿Qué quisiste decir?" pregunta Erik, sabiendo que Charles sabe exactamente de qué está hablando.

Charles mira hacia otro lado y sacude la cabeza, pasándose una mano por el pelo. Está callado por un momento terriblemente largo. Erik no lo presiona, aunque desea hacerlo  desesperadamente.

"No lo sé," dice Charles en voz baja, por fin. "Tal vez me asusté. Quizás lo jodí todo. Tal vez me enamoré tanto que no supe qué hacer. Entré en pánico. Y huí porque no sabía qué más hacer. Traté de distraerme con otras personas, porque pensé que tal vez si olvidara cómo me hiciste sentir, dejarías de significar tanto para mí y no me sentiría tan jodidamente asustado cada vez que te veía." Charles hace una pausa y mira a Erik directamente a los ojos. "Nunca me he sentido de esta manera por alguien antes, y me aterra, pero lo arruiné todo, y no puedo arreglarlo."

Tal vez, piensa Erik, tal vez esto sería más fácil si Charles estuviera enojado y rencoroso hacia él por tratar continuamente de seguir hablándole, incluso cuando él dibujó una línea clara. Erik sabe que sería más fácil. Erik puede manejar la ira, pero Charles no suena enojado ni herido ni odioso; sólo suena completamente derrotado, como si hubiera abandonado toda esperanza, como si hubiera dejado de intentarlo.

"¿Entonces eso es todo?" pregunta Erik en voz baja, sin confiar en sí mismo para hablar más alto. "Sólo vas a rendirte."

Y la forma en que Charles sonríe es tan triste y desesperada que Erik no sabe qué hacer.

"¿De verdad me dejarías volver a entrar en tu vida?" pregunta Charles. "¿Después de todo por lo que te he hecho pasar?"

Erik no sabe qué decir. Quiere decirle que sí, por supuesto, no dudaría en ello porque eso es lo que haces cuando estás irreversiblemente enamorado de un loco profesor de genética que coquetea demasiado y se apodera de toda la cobija y quema todo lo que intenta cocinar, pero entonces surge esta pequeña duda en su mente, ese suave y que tal si, que tal si, que tal si, que no desaparece. ¿Qué tal si Charles hace esto de nuevo? ¿Qué si ellos nunca consiguen hacer que esto funcione? ¿Qué tal si...?

Al final, Erik le dice que va a pensarlo, a pesar de que sabe que fue una pregunta retórica, y la mirada sorprendida y esperanzada en el rostro de Charles casi hace que su corazón roto, las noches sin dormir, las sonrisas forzadas y las lágrimas interminables, todo ello, hayan valido la pena. Casi.

500 Days of Charles  //  CherikWhere stories live. Discover now